domingo, 17 de octubre de 2010

Jóvenes Empresarios, Huelgas y Cintas de Vídeo

Revisando el clásico ochentero de Sodebergh, “Sexo, Mentiras y Cintas de Vídeo”, podemos comprobar con gusto, como una película de tan bajo presupuesto, relata de una manera magistral las relaciones íntimas de cuatro treintañeros y sus consecuencias.
Este es un ejemplo, de los miles que nos ofrece el séptimo arte, en el que se demuestra que con una gran idea, un buen guión, y no mucho dinero, podemos cautivar al espectador, hacerlo vibrar en su butaca y transmitirle múltiples sensaciones.
Pero no fue esto precisamente esto lo que sentimos cuando pudimos visualizar los primeros videos, que bajo el título de “Las Mentiras de la Crisis”, fueron lanzados (nunca mejor dicho) por la UGT, para animar a secundar la próxima huelga general.
Sí es cierto que, al menos en apariencia, no es mucho el dinero que han gastado en la realización de dichos panfletos, aunque lo que nos parece más preocupante es que por ningún lado aparezca esa gran idea, ni ese brillante guión, ni nada que se le parezca. ¡Qué va, todo lo contrario! Con un desarrollo torpe y usando pueriles técnicas de manipulación que nos recuerdan a las míticas “aventuras” de los Payasos de la Tele, han mostrado una imagen irreal, distorsionada, e irresponsablemente falsa, del empresario español y de la realidad que estamos viviendo. Durante los aproximadamente cuatro minutos que dura cada una de las diez perlas con las que nos pretende obsequiar este sindicato (aún sólo hemos podido visualizar tres de ellas), es difícil no sentir sonrojo, vergüenza ajena e incluso indignación.
Yo les animo a que las vean…, y si son capaces, que las vean hasta el final, y juzguen por ustedes mismos.
La emisión de estos vídeos o burlas en imágenes, es lo que nos ha motivado a los jóvenes empresarios de Granada a escribir este artículo para transmitirle a la UGT que entendemos que se han equivocado, se han equivocado garrafalmente, tanto en la forma como en el fondo.
Entendemos que en la situación actual de nuestro país, de nuestra economía, en la situación actual de las empresas y de las familias, no se puede tolerar esta mofa en formato audiovisual, que parece sacada de una pesadilla setentera de Esteso y Pajares.
Y es que los sindicatos siguen cayendo en el mismo error, un error de base, que no ayuda, de ninguna manera, a mejorar el entendimiento entre empleado y empleador.
Videos como este, nos siguen confirmando que los sindicatos aún no son capaces de entender que el 90% de las empresas españolas son pymes o micropymes. En otras palabras, un porcentaje elevadísimo de nuestras empresas, tienen, por ejemplo, menos de diez trabajadores.
Esto se traduce en que el empresario español medio, no tiene el yate amarrado en Puerto Banús, no conduce un Mercedes, ni veranea en el Hilton Northolme de las Seychelles.
Sí es cierto que hay empresarios que gozan de todos estos privilegios, e incluso de muchos más, pero también es cierto que porcentualmente la cantidad es mínima, es estadísticamente despreciable.
Por tanto, cuando hablamos de empresarios en España (no en Alemania ni en Estados Unidos, que la realidad es otra), sino repetimos, en España, estamos hablando en gran medida de ese empresario con menos de diez trabajadores en plantilla, cuyo mayor tesoro es su tesón y perseverancia, con más imaginación que recursos, que tiene hipotecada su casa, que sufre graves dificultades para pagar las nóminas  y los seguros sociales de sus empleados, y se encuentra ahogado por la limitación de los créditos de las entidades financieras, es decir, se encuentra con unas posibilidades de supervivencia muy poco claras.
Que sí, que es cierto, que empresarios son los banqueros y los grandes constructores, pero que también lo son, y en la misma medida, pero en un número infinitamente mayor, el frutero de las esquina, el quiosquero de mi calle, el de la pequeña tienda de móviles, el joven diseñador gráfico, o el repartidor autónomo de la furgoneta.
Si estos conceptos fueran tenidos en cuenta por los sindicatos en sus discursos habituales o en sus actuaciones, seguramente que otro gayo nos cantaría.
No queremos decir con esto que el sindicato deba de ponerse del lado del empresario y darle por tanto manga ancha a sus actuaciones, todo lo contrario, entendemos que la labor de los sindicatos es totalmente necesaria como contrapunto y equilibrio en la balanza de poder en las empresas. Lo que sí es cierto  es que, si los sindicatos entendieran realmente a quién tienen en frente, quién es su interlocutor, seguramente el diálogo sería más fluido, y los acuerdos estarían con más frecuencia mucho más cercanos de lo que realmente suelen estar.
Pero aún así, nuestra mayor preocupación no son las pelis de la UGT, ojalá todo quedara en esto, lo que realmente nos preocupa es esa huelga general convocada para el veintinueve de este mes.
Creo que todos somos conscientes de la grave situación que vive el país. Cada uno, en nuestro papel de empresarios, empleados, jubilados, etc… estamos sufriendo en nuestras carnes la dureza de una crisis que parece no tener fin. Sí es cierto que hubo momentos en los cuales, el gobierno, podría ser merecedor de un duro toque de atención en forma de huelga general, para que despertara y se pusiera manos a la obra, de forma rápida y contundente, tomando medidas directas y eficaces para terminar de la mejor manera posible la crisis que comenzábamos a padecer. Pero también es cierto que ese momento ya pasó, se perdió la oportunidad, no se actuó con rapidez. Ahora el momento es otro. El enfermo está mucho más enfermo que antes, su situación es mucho más delicada y no está para muchos trotes. Por tanto, no es este el momento de paralizar un país por medio de una huelga general, ya que este no es el remedio, sino todo lo contrario, es una manera de agudizar más su enfermedad.
Tenemos que seguir actuando con contundencia y responsabilidad. El empresariado lleva ya mucho tiempo haciendo malabares en el aire y sacando de donde no hay para mantener a flote a sus empresas, y por tanto, asegurando el sustento de miles de familias que dependen de él. Llevamos ya mucho tiempo pidiendo a gritos una respuesta en la misma medida y del mismo calibre por parte del gobierno. Necesitamos ya medidas eficaces, y contundentes por parte del ejecutivo, ya que las medias tintas, los parches y los remiendos son sólo pan pa´hoy y hambre para mañana

 También es momento de consenso, de unión, de que cada uno de los interlocutores social cuales  en un gesto de sólida y necesaria responsabilidad con el futuro de un país, nos pongamos a trabajar en la misma dirección, con la misma sintonía.
Y en una situación tan grave como la que estamos viviendo creemos que es momento de tomar como referencia a los padres de nuestra democracia, artífices de aquella ejemplar transición española, los cuales fueron capaces de dejar a un lado partidismos extremos, mezquindades, viejas rencillas y consiguieron de una forma ejemplar dar a luz a la democracia que ahora disfrutamos, y eso teniendo en cuenta que todo se desarrolló en unos años setenta, con una situación económica y social infinitamente más convulsa y caótica que la que vivimos ahora, y con una situación política de una complejidad difícil de entender hoy en día.
Es momento de ser conscientes de la consecuencia de nuestros actos, y de la responsabilidad que cargamos a nuestras espaldas, de forma que nos pongamos a trabajar, todos mirando en la misma dirección, con un solo objetivo común, y que este sea salir lo antes posible de esta crisis.
Cualquier otra opción sería un grave error.

No hay comentarios:

Publicar un comentario